Iglesia Camino Real
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13.2. Catolicismo


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Iglesia: la iglesia católica apostólica romana.

Fundación: no se puede fijar una fecha, porque ha sido un desarrollo gradual de la iglesia cristiana fundada alrededor del año 33 d.C.

Autoridad: tradiciones eclesiásticas, la iglesia y la Biblia.

Teología: fundamental en muchos aspectos. Trinitaria, pero en la práctica muchos convierten en Dioses a María y a los santos.

Atracción especial: su lugar en la cultura y en la sociedad nacional. La aceptación sin necesidad de un cambio en la vida.

Miembros: más de 620.000.000 en el mundo entero.



 DEGENERACION DOCTRINAL, MORAL Y ESPIRITUAL.

Durante los primeros tres siglos, la persecución ayudo al cristianismo a conservarse puro y relativamente libre de hombres ambiciosos. Su lucha con las doctrinas erróneas tuvo por consecuencia una expresión más clara de la teología cristiana en las epístolas apostólicas y los escritos de los padres de la iglesia primitiva. Cuando los emperadores se esforzaban por exterminar la religión cristiana, solo se atrevían a unirse con esa secta tan odiada quienes por su gran fe en Dios estaban dispuestos a renunciar clandestinamente (secretamente), no había lugar para nada de pompa; los ritos eran sumamente sencillos y la adoración, ferviente y nacida del corazón.

Luego sucedió lo que parecía ser un triunfo, pero en la realidad, produjo resultados desastrosos dentro de la iglesia.


La decadencia de la iglesia empezó cuando millares de personas fueron recibidas como miembros sin haberse convertido; solo añadían a su fe en los dioses paganos la adoración para obtener influencia social y política, o para disfrutar de los privilegios que el estado proveía para el clero. Así, los ritos, ceremonias y creencias del paganismo se infiltraban en la iglesia cristiana. Los verdaderos hombres de Dios protestaban enérgicamente contra tales cosas.

Todo esto lo que hizo posible que los romanos aceptaran tan pronto el cristianismo, sin abandonar a sus propios dioses. Lo que en realidad era, que sus dioses eran los mismos que los de los cristianos solo que con nombres distintos. Por eso les daba igual adorar al ser supremo como Júpiter o el de Jehová, Zeus, Osiris, Serapis o Dios.


En el principio toda la humanidad había recibido una revelación del Dios verdadero, y unos rasgos de esa revelación se observaban aun en las religiones corrompidas que se habían apartado de la verdad. Entre estos rasgos estaban los sacrificios sangrientos, la existencia de la Trinidad en el ser supremo y la esperanza en el nacimiento de un Salvador que sería Hijo de Dios. Por corrupción de la revelación original, se extendió por todas partes una religión que rendía culto a la trinidad celestial; el ser supremo, su esposa –“la reina del cielo”, y su hijo, el salvador. La devoción mayor iba dirigida a la “reina del cielo”, desde el norte de África hasta China bajo los nombres de Astarté, Isis, Venus, Diana, Hariti y Kuan-Yin.

Aunque los cristianos nunca oraban a María durante los primeros siglos, los muchos paganos en la nueva iglesia imperial empezaron a adorarla llamándola madre de Dios y reina del cielo. Pronto se comenzó a promover abiertamente la adoración a María con esos titulo. Se restauraron los templos paganos y se restablecieron los ritos antiguos, con un requisito; que todas las diosas llevaran desde entonces el nombre de María.

En la adoración de Isis se le encendían velas y se colocaban alrededor de su imagen figuritas de cera llamadas “ex votos”. Estas representaban las partes del cuerpo para las cuales se le suplicaba socorro. Isis contaba con muchos adoradores que hacían voto de dedicarle su vida. Después de un periodo largo de preparación, hacían el voto del celibato, se les rapaba la cabeza y se les vestía de lino. Todo esto llego a formar parte de las costumbres de la Iglesia Católica Romana.

La multiplicación actual de vírgenes, santos y cristos en la Iglesia Católica Romana es otro efecto de la asimilación de creencias y ritos de otras religiones dondequiera que ha penetrado.


Cada dios tenía su especialidad. Uno era el dios de la guerra, otro el de la agricultura, otro el del amor, y así por estilo. Según la necesidad, se solicitaba ayuda al dios correspondiente. Además de los dioses de primer orden, se dirigían también a dioses de segunda categoría que se interesaban en los seres humanos e intercedían por ellos ante Júpiter el padre de los dioses.

En algunos lugares hoy se enciende velas ante una imagen de San Antonio, para que él le ayude a su devoto a encontrar un objeto.se cree que San Cristóbal socorre a los viajeros y san Pedro bendice la pesca.


 ORGANIZACIÓN ECLESIASTICA

La iglesia cristiana nació en Jerusalén en el dia de Pentecostés. Durante los siguientes treinta y siete años hasta la destrucción de esa ciudad en el año 70. Jerusalén se destaco como centro de operaciones o sede del cristianismo. Pero con el establecimiento de iglesias fuertes en las ciudades de mayor importancia de cada país, el gobierno eclesiástico se desarrollaba sobre una base local y regional más que central.

Las iglesias metropolitanas propagaban el evangelio por todos sus contornos y el pastor de la iglesia madre vigilaba por el bienestar espiritual de las congregaciones nuevas y sus dirigentes.

Al principio todos los pastores se llamaban “obispos o presbiterios”, pero con el tiempo se llamaba “obispo” solo a quienes tenían la dirección de las iglesias en cierta región o diócesis. Bajo su autoridad estaban los presbíteros y diáconos. A veces, los dirigentes eclesiásticos se llamaban “metropolitanos”. El obispo de Constantinopla tomo el título de “patriarca” y el de Roma era llamado “papa” por el pueblo, palabra que se transformo en el actual título de “papa”.

Los partidarios de Roma empezaron a enseñar que su obispo debía tener comisionado a Pedro para ser la cabeza visible de la iglesia en la tierra, como representante de Cristo, su cabeza invisible en el cielo.

Afirmaban que Pedro estableció la iglesia en Roma y fue su primer obispo desde el año 41 hasta su crucifixión en el año 67. Después de su muerte, tenía que ser cabeza de la iglesia universal el siguiente obispo de Roma y así sucesivamente.
 

DOCTRINAS DEL CATOLICISMO

La Iglesia Católica cree en la Trinidad. Sin embargo, el concepto general del Padre es de un ser remoto, severo, airado, a quien se tiene que aplacar por la intercesión de Jesús, la virgen y los santos, como también por penitencias y buenas obras.

Este concepto de Dios es completamente contrario a la revelación de su naturaleza como la tenemos en la persona y las enseñanzas de Jesucristo. Dios es amor. Es misericordioso y lleno de compasión (Juan 3:16, 14:9, 1ª Juan 4: 7-10).

Se enseña que hay un solo Dios, pero es bueno invocar a la virgen María y a los santos para que intercedan a nuestro favor y nos consigan de Dios las bendiciones que necesitamos. Esta práctica se basa en la idea de que el pecador no se debe atrever a dirigirse a un Dios santo. En cambio los santos, habiendo pasado por las mismas luchas y tentaciones que nosotros, nos comprenden mejor y nos tienen compasión. Ellos interceden por nosotros, probablemente primero ante la virgen María. Ella presenta la petición a su Hijo, quien no puede negarle nada a su madre, y El a la vez le presenta la petición a su Padre, Dios.

En esta práctica muchas personas adoran a la virgen María y a los santos. El santo patrón del pueblo toma lugar de dios para la gente en muchos lugares. Tal enseñanza deshonra a Dios, haciéndolo menos compasivo, misericordioso, amoroso y comprensivo que los santos. La Biblia enseña todo lo contrario. Nos amo tanto que dio a su Hijo amado para salvarnos. ¿Por qué no ha de interesarse en nuestras necesidades y darnos todas las cosas? (Romanos 8:32). El, mas amoroso que cualquier padre o madre humanos, se compadece de sus hijos (Salmo 103:13)

Cristo es el único abogado que nos hace falta; el único mediador (Hebreos 4:14-16). Nos invita a acercarnos confiadamente a Dios (1ªJuan 2:1-2).

Orar a los santos, a los ángeles o a la virgen es quitarle a Dios el honor que le pertenece. Si la persona consigue así lo que desea, tiende a agradecérselo a los santos y no a Dios.

La iglesia Católica Romana ha enseñado que deben venerarse las imágenes de Cristo, de la virgen y de los santos. Esta honra se extiende a los cuadros, las cruces y crucifijos, las medallas, los escapularios y las reliquias.

Dios prohíbe terminantemente hacer imágenes para honrarlas o venerarlas. Tan fuerte es esta prohibición escrita por el dedo de Dios en las tablas de la ley, que se ha omitido del catecismo. En la parte sobre los diez mandamientos, se ha dividido en dos el mandamiento noveno para que siempre fueran diez. En la Biblia católica, al igual que en la protestante esta prohibición es el segundo de los diez mandamientos, en Éxodo 20:4-5.


El lugar de la virgen María

Se le ha asignado a la virgen María un lugar intermedio entre los santos y Dios, como la principal entre los santos y la madre de Dios. Se enseña que María es la madre de Dios, reina del cielo, abogada nuestra, nacida milagrosamente por la inmaculada concepción, siempre virgen sin mancha de pecado original, defensora de la humanidad y madre de la iglesia. Después de su muerte, resucito y Dios la llevo corporalmente al cielo para hacerla reina de hombres y ángeles.

Ninguno de los apóstoles ni de los padres primitivos de la iglesia dicen nada de esto. Surgieron estas enseñanzas de la mezcla de religiones que entraron en la iglesia bajo el imperio de Constantino. Se inventaron para que María llegara a ser reina del cielo. En el año 1854, se aprobó como dogma oficial la doctrina de la Inmaculada Concepción de María, y en 1950 se promulgo como dogma la doctrina de su Asunción. Aunque estas doctrinas se combatieron en la iglesia por 1500 años antes de su aceptación oficial, desde el momento de hacerse dogmas, su aceptación ha sido obligatoria para todo católico.
(Dogma: Punto esencial de una religión, una doctrina o un sistema de pensamiento que se tiene por cierto y que no puede ponerse en duda dentro de su sistema.)

¿Y cómo puede María ser la Madre de Dios? Nuestro Señor Jesucristo es Dios hecho carne. La virgen María, bienaventurada entre todas las mujeres, fue escogida por Dios para ser la madre de la naturaleza humana de Cristo, fue madre de su cuerpo físico, pero no pudo ser madre de su parte divina. Cristo, la segunda persona de la Trinidad, es eterno. Como Dios, siempre ha existido. No es lógico hablar de María como la madre de Dios. Colosenses 1:16, Juan 1:1-3 hablan de la preexistencia de Cristo, y prueban que nadie puede ser madre de su deidad.

La doctrina de la inmaculada concepción enseña que María fue concebida sin pecado y nació sin mancha de pecado original.

La Biblia no enseña esto. La propia María no lo creía, porque hace mención de su Salvador (Lucas 1:47). No se enseño esta doctrina hasta más de doscientos años después de su muerte y se atraso hasta el año 1054 para aceptarla como dogma.

Se enseña que María fue siempre virgen, José, su esposa, lo era solo de nombre, pararse su protector. Los llamados hermanos de Jesús eran primos hermanos, pues María no tuvo otros hijos.

Para nosotros los evangélicos es de poca importancia si María tuvo o no otros hijos. Sin embargo, no deshonramos a María al creer lo que parece indicar la Biblia, que ella tuvo otros hijos. La Biblia enseña que el matrimonio es honroso (Hebreos 13:4).

Mateo 1:24-25 parece enseñar claramente que después del nacimiento de Jesús, José y María llevaron la vida normal de cualquier matrimonio. Si no tuvieron hijos, la palabra “primogénito” es por demás en este texto. No se habla del hijo mayor de una familia si no hay más de uno.

Mateo 12:46 habla de los hermanos de Jesús. En Mateo 13:55-56 el pueblo da los nombres de sus cuatro hermanos varones. Pero es más, en Marcos 3:31-33 dice que también tenía hermanas.

La mención de los hermanos de Cristo en compañía de María nos fortalece en la creencia de que eran los hijos de ella y no sus sobrinos.

Se presenta a María como mediadora para la humanidad.

En el Ave María se reza: “Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amen.”

En el rosario, se rezan diez avemarías por cada padre nuestro, poniendo así mas importancia sobre la persona de María que sobre la forma de oración que Cristo enseño.

Tenemos tres motivos principales para no dirigirnos a Cristo o a Dios el Padre por medio de María como mediadora.

  1. Es antibiblico. Cristo es el único mediador (1ªTimoteo 2:5).

  2. Es inútil. Cristo enseño, cuando estaba aun en la tierra, que María no tenia mas privilegios o derechos que cualquiera que creyese en El (Mateo 12:46-50) Lucas 11:27-28).

  3. Es innecesario. ¿por qué andar con rodeos cuando tenemos la invitación de llegar directamente a Cristo? (Hebreos 4:15-16). Y ya que hemos nacido de nuevo, tenemos derecho a ir directamente a nuestro Padre celestial en oración (Lucas 11:1-2).


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